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SesionesQuelp [Capítulo 1: Erasmo Macaya]

Erasmo Macaya, Biólogo marino y Magíster en Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte. Obtuvo su doctorado en biología marina en la Victoria University of Wellington, Nueva Zelanda. Sus líneas de investigación se enfocan al estudio de las macroalgas marinas en aspectos como la ecología, taxonomía y biología molecular. En la actualidad, es el director del Laboratorio de Estudios Algales AlgaLAB, de la Universidad de Concepción.

¿Qué son las algas?

Son organismos fotosintéticos, que usualmente viven en ambientes acuáticos, y son más simples a nivel estructural que las plantas terrestres.

Las algas son uno de los organismos más antiguos en nuestro planeta. Por eso han tenido una evolución tan diversa. Existen desde algas unicelulares (microscópicas) hasta las macroalgas, que son las más complejas y que pueden llegar a medir 60-70m.

Además, algunas algas pueden cambiar de morfología según sea la especie y su ciclo vida, lo cual hace más compleja su identificación.

A diferencia de las plantas terrestres, al vivir en un ambiente menos hostil y más homogéneo, no han necesitado tantos mecanismos de adaptación para su sobrevivencia. Pero se sabe que las plantas terrestres provienen de las algas, específicamente de las algas verdes, que evolucionaron a hábitats de agua dulce, y luego a la tierra.

¿Cuál es la importancia de las algas en los ecosistemas?

Las algas son el origen de la vida. No estaríamos en la tierra de no ser por ellas. Hace 3500-3600 millones de años atrás, las algas verde-azules conocidas como “cianobacterias” inventaron la fotosíntesis, así, comenzaron a producir oxígeno que se añade a la atmósfera, generando la capa de ozono, siendo de esta forma las responsables de la evolución en la tierra.

Luego, a través de los que conocemos como la “teoría de endosimbiosis”, un organismo habría ingerido un alga verde-azul (cianobacteria), y de esta forma habrían surgido los cloroplastos y así posteriormente los diferentes grupos de algas, como las verdes, rojas y pardas

Las algas son responsables de aproximadamente el 50% del oxígeno que respiramos. Es decir, 12 horas al día respiramos gracias a las algas. A su vez, absorben CO2 y producen su propio alimento. Constituyen además la base de las cadenas tróficas.

Algunas macroalgas, por su parte, forman bosques marinos, dando protección, refugio y alimentos a una gran diversidad de organismos.

Tal es la importancia de las algas, que existe una teoría en cuanto a la colonización de América en base a ellas, la “Teoría de la carretera del Kelp”. En ésta se plantea que el continente americano fue colonizado por gente de mar, siguiendo los bosques de Kelps (Huiros), que antes eran muchos más grandes.

¿Cuál es la diversidad de algas en Chile?

No es tan amplia si se compara con costa del sur de Australia (de condiciones similares). Allá se han identificado cerca de 1800 especies, acá en Chile continental sólo cerca de 450. Pero hay mas especies, sin duda, se deben dedicar más esfuerzos a su estudio e identificación.

Sucede mucho que estudiando una, aparecen otras. Por ejemplo, el mismo cochayuyo no era 1 especie, sino 2 en nuestro país. Lo mismo en el caso del huiro negro (ahora hay 2 especies a lo largo de Chile). O el Luche, que se han identificado cerca de 20 especies, varias de ellas endémicas.

¿Existen normas de protección a los bosques naturales de algas?

En general la extracción de algas en Chile se encuentra regulada, hoy con acceso limitado a los registros de alguero/as. Hay zonas en las cuales existen vedas para algunas especies. La extracción de huiros también está regulada. Existen cuotas de extracción en áreas de manejo, en otros lugares sólo se puede extraer el huiro que vara en la playa de forma natural. Desafortunadamente la extracción ilegal es altísima, estamos desforestando nuestros bosques submarinos en gran parte de nuestro litoral.

Algunas recomendaciones están relacionadas con extraer 1 de cada 4 plantas, rotar las zonas de extracción, sacar algas adultas que cumplen con cierto tamaño en su estructura de adhesión, entre otras. Pero son recomendaciones que dependen de los lugares y de la especie. El huiro negro, huiro palo, cochayuyo, sargazo o canutillo poseen diferentes formas de crecimiento, ciclos de vida, fisiología, entre otros, características que deben ser consideradas a la hora del manejo.

También, existe una ley que incentiva cultivo y reforestación, y que ojalá sirva de impulso para la producción y acuicultura de pequeña escala. El problema es que el cultivo necesita condiciones especiales, agua filtrada, muy limpia, libre de semillas de otras algas, por tanto, es harto trabajo de laboratorio para producir plántulas que se puedan trasladar al mar.

¿Cuál es el rol social de las algas en nuestro país?

Hay muchas familias que viven de esto, del día a día, de la recolección. Hay cerca de 60-70mil personas inscritas en el registro de algueros. Habría que considerar además todos aquellos que operan de forma ilegal.

De hecho, los registros de extracción de algas están cerrados hace tiempo. Pero existe poco respeto por las normativas y la fiscalización se hace insuficiente.

¿Cuál es su importancia económica?

A nivel mundial las algas se utilizan para la extracción de productos gelificantes (alginatos, carragenanos, agar), los cuales se usan en la pasta dientes, telas, remedios, jaleas, yogures, alimento, cerveza, etc.

Pero el consumo humano sigue siendo relevante, por ejemplo, el consumo diario en Japón es de 1,4kg algas por persona al año, allí las consumen un par de veces a la semana, en Corea, todos los días.

En la Costa del Pacífico se puede encontrar tanta diversidad como en otros lugares, solo que acá varias especies no se consumen. En Chile, por ejemplo, se exporta Chicorea y Carola para consumo humano en países asiáticos, y acá no se consumen.

En Chile, las algas se extraen, pican y secan, y exportan a Asia o Europa, donde las procesan y vuelven como geles para distintos usos. Estamos dentro del Top 5 de exportación de algas en el mundo. Se comercializan cerca de 20 especies, el 97% para la extracción geles, y para consumo masivo sólo el cochayuyo y luche.

¿Cuál es su importancia para el consumo humano?

Tienen muchos minerales, vitaminas, aminoácidos esenciales, tienen muy pocas grasas, pero las que tienen son buenas, poliinsaturadas, y también son altas en fibra. Además, presentan compuestos antivirales, antibacteriales, antioxidantes y antiinflamatorios.

Tienen vitaminas del complejo B, muy necesarias para nuestro organismo y que se encuentran en pocos vegetales. En el caso de la vitamina C, el luche tiene mucho más que la naranja o el limón.

Pero el componente mayor es la fibra, insoluble principalmente, que no absorbemos, y ayuda al tránsito intestinal.

¿Por qué un alga es comestible y otra no?

A nivel mundial se consumen aproximadamente 340 especies de algas rojas, 120 especies de algas verdes y 190 especies de algas pardas.

Son muy pocas las que no se pueden consumir, debido a compuestos químicos que presentan como defensa, lo que las hace poco apetitosas.

Existe sí un grupo de algas que presenta ácido sulfúrico en su composición, por ejemplo, en el alga parda “Desmarestia”, cerca 20% de su peso es ácido sulfúrico. Éstas sí podrían ser un riesgo.

¿Cómo las afecta la contaminación en los océanos?

En Chile falta una regulación más clara al respecto, con límites máximos definidos de metales pesados.

Las algas pardas pueden bioacumular metales pesados, encapsulan estos compuestos de forma que no les provoca daño, pero sí se traspasan a los organismos que las consumen.

Acá, en general, las algas para consumo humano provienen de zonas libres de contaminación, como la VI Región, alejadas de relaves mineros o termoeléctricas.

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